Odio.
Odio intercambiar tiempo por trabajo.
Odio que en ocasiones mi tiempo no me sea remunerado, puesto que es muy importante.
Odio dedicar horas a causas que no me importan.
Odio alquilar mis días a inquilinos que me pagan mal.
Odio pensar que si de un día de 24 horas 12 las uso para dormir, y 8 debo trabajarlas, me queden 4 horas de ocio personal en las cuales entra cocinar, ducharme, depilarme, pintarme las uñas, ver alguna serie de televisión, mantener mi vida social e imprevistos que salgan en el día a día.
Odio a las empresas -que no al pequeño comerciante-.
Odio que la proporción de trabajo standard sea de 5 días de trabajo-2 días de descanso.
Odio tener la necesidad de subastar mis horas.
Es por todo esto.
Non voglio lavorare più.