lunes, 21 de mayo de 2007

El encanto del paganismo

Roma, mayo 2007.
En Roma hay muchas iglesias.
El manierismo y el barroco se regocijan en Roma.
A su vez, Roma tiene sus ruinas, esas de la civilización que fundan 2 bebés amamantados por una loba.
Saco en claro que Roma tiene acaparados dos grandes períodos de historia universal. Conquistaron medio mundo, primero a la fuerza, y la segunda vez digamos que también.
Ahora.
Roma es una ciudad muy grande, demás está decirlo, capital de Italia.
Con tanto lugar que había, la Iglesia se dedicó a poner sucursales de la casa de Dios JUSTO sobre las sucursales de las casas de los Dioses Romanos, de los que había mas variedad.
Trajeron obeliscos de Egipto y les pusieron palomas en su punta para celebrar la victoria de la fe cristiana sobre el paganismo.
En la Chiesa de Santa Maria Sopra Minerva le pregunté a un cura con mi italiano de Sagrada Familia por el templo pagano de debajo-como su nombre bien indica, debajo de la iglesia había un templo romano consagrado a Minerva-. El cura me contestó que el templo no existía, que lo habían tirado abajo para hacer la iglesia (justo arriba como si no hubiera lugar suficiente). Para concluir con su explicación, se excusó diciendo algo así como "ma era piccolo..." en un tono bastante despectivo, que venía a decir como que no valía la pena con lo chiquito que era.

Con esto no quiero ponerme del lado pagano ni eclesiástico, puesto que yo sólo creo en mi y en la gente que me quiere. Sólo intento exponer que me llamó mucho la atención la batalla territorial de iglesias arriba de cualquier cosa que no fuera iglesia.
De souvenir, me traje un calendario del Papa con una sesión de fotos memorable. La de diciembre de Su Santidad vestido de Papá Noel no tiene precio.
En la foto de arriba, sin pensar las cosas demasiado, me alegro de estar frente a un Arco Triunfal Romano.